Carta a Daniel (II).
... Mira,
a veces no nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero
en realidad resulta que son difíciles porque no nos atrevemos a
hacerlas. Por eso, nunca renuncies a tus sueños, porque si no sabes
lo que persigues jamás sabrás a donde vas. Los sueños son como una
brújula que te marcarán el camino a seguir y las metas que quieres
alcanzar por lo que si renuncias a ellos le estarías dando la
espalda a la felicidad, ya que quien no lucha por cumplir sus sueños
está condenado al fracaso el cien por cien de las veces.
Pero
que mis palabras no te confundan. No te dejes engatusar por el
elemento más poderoso que habita en la Tierra; el dinero. No te
engañaré; no te diré que el dinero es un elemento horrible y
diabólico del que debas huir. Evidentemente el dinero ayuda, claro
que ayuda, pero ten mucho ojo, porque algún dinero evita
preocupaciones, pero mucho los atrae.
Por eso, mi consejo es que te
dediques a algo que te guste tanto que jamás quieras jubilarte, por
mucho que después te cueste pagar las facturas o por mucho que te
cueste llegar a fin de mes. Creo que es mejor dedicarse toda una vida
a algo que te divierte que pasar un mísero día trabajando con el
único fin de obtener dinero. ¿Y si tienes la fortuna de trabajar en
lo que más te guste y además ganar mucho dinero?. Podrás pensar
que eres una persona con suerte, claro que sí, pero por increíble
que puedas llegar a pensar, te advierto que en este hipotético caso
tendrás que andarte con mucho más ojo si no quieres ser un
desgraciado. Verás, pienso que para los ricos, su gran azote es el
hastío y el aburrimiento; en medio de ese mundo en el que viven,
rodeados de tantas diversiones y tantas gentes concurriendo
continuamente a satisfacer sus placeres, acaban siendo consumidos por
la monotonía y el aburrimiento. Pasan toda su vida huyendo de él,
pero siempre son alcanzados, hasta que acaban totalmente eclipsados
por su insoportable peso.
Uno
puede confundirse entre lo que puede adquirir mediante el dinero y lo
que no, y a ti te puede pasar lo mismo. Eso si, ten siempre presente
que jamás debes comprar ni a los amigos ni a la mujer que ames,
porque si compras a los amigos estos serán amigos de tu billetera y,
en cuanto a las mujeres, te toparás con algunas a las que sea fácil
poseer si tienes dinero, pero ese será el medio de no ser nunca
amado por ninguna. Lejos de que el amor sea vendible, el dinero lo
mata sin ninguna piedad.
Sin
embargo, aquí no acaba el problema de ser rico, ya que el exceso de
dinero, a veces, lleva emparejado a tres amigos que suelen ser
intrínsecos a él cuando se consigue por el fruto del trabajo; la
avaricia, la fama y el orgullo. No hullas de ellos como la peste, es
más, adóptalos como parte de ti, pero en su justa medida, ya que
pueden ser armas que te aporten mucho pero que, en exceso, se vuelven
en tu contra sin misericordia alguna. Para remediarlo y comedir las
dosis, te propongo tres recetas fáciles de recordar.
- Contra la avaricia: recuerda que el que es pobre carecerá de muchas cosas, pero el que es ávaro carece de todo.
- Contra la fama; recuerda que es como el agua de mar; cuanto más bebas de ella, más sed tendrás. Además, el éxito es como una botella de vodka, tiene un componente etílico muy alto y es fácil acabar emborrachado.
- Y respecto al orgullo: recuerda que es como un fijador de pelo tan potente que acaba por atravesarte el cráneo.
Como
ves, las cosas que hoy en día a las que se les da más valor no
están libres de que puedan serte arrebatadas. Sin darte cuenta un
día podrás presumir de tus posesiones materiales y al siguiente
estar lamentándote por todo lo que has perdido. Entonces, ¿qué es
lo que verdaderamente importa tener? Pues algo que nadie tenga acceso
a ello ni pueda robarte; tus pensamientos...
CONTINUARÁ...
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